Y de repente, -como siempre suceden las cosas- el camino cambia, y lo más
probable es que te pille a ti encima mientras el suelo, tu suelo, se tambalea. Ese es el momento. Aquél en el que tienes
que tomar una decisión. Ante ti una diversidad de caminos que conformaran el
resto de tu vida, el que escojas porque será el que colme de anécdotas tu
historia, y el que no, porque siempre será aquella opción descartada guardada
en el fondo de un cajón.
Hay instantes claves en nuestras
vidas, momentos en los que simplemente hay que vivir. Decantarse por uno de
esos caminos que se bifurcan ante nuestros ojos es el primer paso para cumplir
o no nuestros sueños. Y de repente, pierdes el miedo y escoges.