¿Cuántas veces me dijiste que todo acaba? ¿Que no soñara? ¿Qué aquéllo no era para mí y que olvidara aquéllas pequeñas tonterías que me invadían cada dos por tres? Nunca.
Y esa fue mi gran suerte. A veces no solo basta con querer hacer algo, también hace falta que nadie corte tus alas, tus ganas de querer volar.
Y así es. Decisiones que tomas o que toman por ti, pero al final, conforman tu vida. Hoy me he dado cuenta de la gran suerte que he tenido. Nadie se interpuso anteponiendo sus propios miedos. Nadie eligió por mí.
Nadie vive por mi.
toda la razón es muy común que algunas personas den malos comentarios o simplemente miran como una tontería las decisiones del resto.
ResponderEliminarlinda entrada.
Que gran suerte, no te dejes llevar. :)
ResponderEliminarSolo nuestro destino nos pertenece, esta en nuestras manos el camino que tomemos, sin importar cuantas veces quieran decirnos que es el camino equivocado, lo importante es saber que esa es la dirección correcta para uno mismo
ResponderEliminarUn saludo! :)
Hermosisima entrada, me gusta mucho tu blog. Aqui estoy espero que te pases por el mio. Claro que te sigo, saludos :)
ResponderEliminar