Y de repente, -como siempre suceden las cosas- el camino cambia, y lo más
probable es que te pille a ti encima mientras el suelo, tu suelo, se tambalea. Ese es el momento. Aquél en el que tienes
que tomar una decisión. Ante ti una diversidad de caminos que conformaran el
resto de tu vida, el que escojas porque será el que colme de anécdotas tu
historia, y el que no, porque siempre será aquella opción descartada guardada
en el fondo de un cajón.
Hay instantes claves en nuestras
vidas, momentos en los que simplemente hay que vivir. Decantarse por uno de
esos caminos que se bifurcan ante nuestros ojos es el primer paso para cumplir
o no nuestros sueños. Y de repente, pierdes el miedo y escoges.
y a veces con miedo incluido, porque no queda otra, porque la cosa es así..
ResponderEliminarTu blog es simplemente precioso, sigue así. Yo estoy empezando y me encantaría que me dieses tu opinión, un beso. tuescribestudestino.blogspot.com.es
ResponderEliminarEs cierto, a veces no hay que pensar tanto a la hora de decidir qué caminos tomar, sino dejarse llevar. Lo que pasó tenía que pasar, y lo que va a pasar nadie lo va a saber hasta que llegue el momento, por eso nunca hay que andar con tantas expectativas.
ResponderEliminarme gusto mucho tu entradaa, besoss
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