jueves, 9 de mayo de 2013

Todo importa

A veces, sentimos que el resto del mundo ya no nos importa, o que nosotros no le importamos a él, pero ¿sabes qué? Todo importa. Absolutamente todo. Ese “buenos días” o un simple ¿cómo estás? lo puede cambiar todo. Porque sí, tu vida puede cambiar muchas otras, para bien o para mal. Eres tú quien decide la manera en la que quiere contribuir al resto del mundo.

Porque a veces, lo más fácil es sentir que eres la única persona de la tierra que está luchando. Es sencillo abandonarse a ese sentimiento, y dejar de luchar. Sentirse insatisfecho, infeliz, estancado en el camino de la vida. Pero sabes qué, a veces solo hace falta encontrar a alguien o algo que haga que todo eso mejore, o simplemente encontrar la fuerza que sé que tienes. Y es así, de esa manera, en la que uno se aleja de la oscuridad y comienza a ver que la vida también es dulce, maravillosa e inesperada. Todos hemos necesitado alguna vez eso, sin darnos cuenta que está en nosotros mismos, el dar la mejor versión de nosotros mismos a los demás, a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestra pareja, influye. Tiene que influir.  

Todos necesitamos alguna vez a alguien que nos diga que no siempre será así. Que todo cambia, y que lo mejor está por venir. Solo falta que tú te des cuenta. Y que sepas que a pesar de la pérdida, del dolor, de la angustia, quizá, seas también afortunado. Porque si algo tiene la vida es que no puedes esperar certezas de ella, al igual que no sabes si pasará algo que la trunque, tampoco sabes en qué momento aparecerá el próximo milagro o el siguiente sueño por cumplir. Lo único que sé a ciencia cierta es que si te encierras en ti mismo, si construyes muros a tu alrededor, quizá nunca te pase nada malo, pero tampoco bueno. Eso no es vivir. Vivir es reír, es llorar, es sufrir, es disfrutar, es sentir, es enamorarse, es hacer cosas que no queremos porque si no, todo sería demasiado fácil. Y de lo fácil no se aprende, se aprende de la lucha, del coraje, del recomponerte cuando pensabas que no podías volver a romperte. Se aprende de un corazón roto o de una amistad perdida.  

Aún así, siempre habrá alguien que te quiera y te apoye, alguien en el que confiar y que te levante en los momentos más tristes. Solo falta que os encontréis si no lo habéis hecho ya. Estoy segura de que todos merecemos a alguien así en nuestras vidas. 

Y por eso, como todo importa, ¿tanto nos cuesta ser lo mejor que podamos ser? 

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